En la narrativa, comprender qué es el argumento de la historia es clave para cualquier escritor o lector que desee construir o analizar una trama. El argumento es el esqueleto sobre el cual se desarrolla toda la narración, y puede entenderse como la estructura que organiza los eventos de una historia para transmitir una idea central o mensaje. En este artículo exploraremos en profundidad qué significa el argumento de una historia, cómo se construye, su importancia y ejemplos claros que ilustran su utilidad en la literatura y el cine.
¿Qué es el argumento de la historia?
El argumento de una historia es el conjunto de ideas, eventos y personajes que se organizan de manera lógica y coherente para contar una trama. Es el eslabón entre la intención del autor y la experiencia del lector, ya que mediante el argumento se comunican las ideas centrales, las emociones y los conflictos que definen el relato.
El argumento no es lo mismo que la trama. Mientras que la trama se refiere a los sucesos que ocurren, el argumento es la estructura que los organiza y el mensaje que se quiere transmitir. Por ejemplo, en una novela de amor, la trama puede incluir escenas de separación, reencuentro y reconciliación, mientras que el argumento podría ser una reflexión sobre el poder del perdón en las relaciones humanas.
Un dato curioso es que el término argumento proviene del latín *argumentum*, que significa prueba o razón. En la antigüedad, los filósofos usaban argumentos para defender ideas, y con el tiempo, este concepto se trasladó a la narrativa. Así, el argumento de una historia no solo sirve para entretener, sino también para persuadir, educar o provocar reflexión en el lector.
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La importancia de una estructura clara en la narrativa
Una historia sin un argumento sólido puede resultar confusa o desinteresante para el lector. La estructura del argumento proporciona coherencia y dirección a la narrativa, permitiendo que el lector siga la historia sin perderse en detalles irrelevantes. Esto es especialmente importante en géneros como el thriller o la ciencia ficción, donde la complejidad del relato exige una guía clara.
La estructura clásica del argumento, conocida como trama en tres actos, divide la historia en tres partes fundamentales: presentación (acto I), desarrollo (acto II) y resolución (acto III). Esta estructura permite al escritor introducir al lector al mundo del relato, desarrollar los conflictos y finalmente resolverlos de una manera satisfactoria. Por ejemplo, en una novela de misterio, el primer acto presenta el crimen, el segundo acto explora las pistas y sospechosos, y el tercero revela al culpable y su castigo.
Además, un buen argumento no solo organiza los eventos, sino que también ayuda a definir los personajes, sus motivaciones y sus transformaciones a lo largo de la historia. Esto permite que los lectores se identifiquen con los personajes y se sientan involucrados en su viaje emocional.
El argumento como herramienta narrativa en distintos medios
El argumento no solo es fundamental en la literatura, sino también en otros medios de narración como el cine, la televisión y el teatro. En estos formatos, el argumento actúa como guía para el director, el guionista y el productor, asegurando que todos los elementos visuales, sonoros y narrativos se alineen con la intención del creador.
En el cine, por ejemplo, el argumento se traduce en una estructura visual. Cada escena debe servir al desarrollo del argumento, ya sea mediante diálogo, acción o simbolismo. En series de televisión, los argumentos pueden ser más complejos, con múltiples tramas que convergen en un final cohesivo. Un ejemplo es la serie *Breaking Bad*, cuyo argumento sigue la transformación de un profesor de química en un traficante de drogas, explorando temas como el poder, el destino y la moral.
En el teatro, el argumento es esencial para mantener la atención del público en una narrativa sin cortes. Aquí, la estructura del argumento debe ser especialmente clara para que los actores puedan interpretar sus papeles de manera coherente y el espectador siga la historia sin dificultad.
Ejemplos de argumentos en historias famosas
Para entender mejor qué es el argumento de una historia, podemos analizar ejemplos de obras clásicas y modernas. En la novela *Cien años de soledad*, de Gabriel García Márquez, el argumento se centra en la historia de la familia Buendía y su lucha contra el destino. A través de múltiples generaciones, se exploran temas como el amor, la locura y la soledad.
En el cine, *El Padrino* presenta un argumento sobre el poder, el honor y los conflictos familiares. La historia sigue a Michael Corleone, quien se ve obligado a asumir el liderazgo de su familia mafiosa, enfrentando dilemas morales y amenazas externas. Este argumento permite al espectador reflexionar sobre los costos del poder y las lealtades familiares.
También en el género infantil, como en *El hobbit*, el argumento sigue a Bilbo Baggins en una aventura para recuperar un tesoro, enfrentando criaturas míticas y descubriéndose a sí mismo. Este tipo de argumento, basado en un viaje de transformación, es muy común en la literatura y el cine, y permite a los lectores y espectadores seguir una historia con emoción y progreso.
El concepto de argumento y su relación con el mensaje
El argumento de una historia no solo organiza los eventos, sino que también transmite un mensaje o idea central. Este mensaje puede ser explícito o implícito, y puede abordar temas como la justicia, el amor, la libertad o la identidad. Por ejemplo, en la novela *1984*, de George Orwell, el argumento no solo presenta una sociedad totalitaria, sino que también sirve como crítica a los regímenes autoritarios y la manipulación del lenguaje.
La relación entre el argumento y el mensaje es fundamental para que una historia sea efectiva. Si el mensaje es demasiado obvio, puede resultar forzado; si es demasiado sutil, puede pasar desapercibido. Por eso, los escritores deben equilibrar ambos elementos para crear una narrativa que sea entretenida y significativa.
Además, el mensaje puede cambiar según la interpretación del lector. Lo que una persona percibe como un mensaje sobre la lucha contra el mal, otra puede verlo como una exploración de la identidad personal. Esta capacidad de múltiples interpretaciones es una de las razones por las que las historias con buenos argumentos tienen un impacto duradero.
Una recopilación de argumentos en distintos géneros
Cada género literario o cinematográfico tiene su propio tipo de argumento. En la ciencia ficción, los argumentos suelen explorar ideas sobre el futuro, la tecnología o la evolución humana. En el terror, el argumento puede centrarse en el miedo, lo desconocido o el caos. En la comedia, por el contrario, el argumento suele ser ligero, con conflictos que se resuelven de manera inesperada o humorística.
A continuación, presentamos una breve recopilación de argumentos por género:
- Ficción histórica: El argumento se centra en eventos reales o basados en hechos históricos, como en *El Señor de los Anillos*, que se inspira en la mitología nórdica y la Segunda Guerra Mundial.
- Romance: El argumento gira en torno a una relación amorosa, con conflictos que ponen a prueba el amor entre los personajes.
- Policiaco: El argumento se basa en la resolución de un crimen, con pistas, sospechosos y un final que revela al culpable.
- Fantasía: El argumento suele incluir mundos imaginarios, criaturas mágicas y viajes de transformación, como en *Harry Potter*.
Cada uno de estos argumentos sigue una estructura diferente, pero todos comparten el objetivo de entretener y transmitir un mensaje al lector o espectador.
La estructura del argumento en la narrativa contemporánea
En la narrativa contemporánea, el argumento ha evolucionado para adaptarse a las nuevas formas de contar historias. En internet, por ejemplo, se han desarrollado narrativas no lineales, donde el argumento se presenta de manera fragmentada o interactiva, permitiendo al lector elegir su propia ruta. Este tipo de argumento desafía las estructuras tradicionales y ofrece una experiencia más participativa.
En el cine independiente, también se han experimentado con estructuras no convencionales. Películas como *Pulp Fiction*, de Quentin Tarantino, utilizan argumentos no lineales, donde los eventos se presentan fuera del orden cronológico. Esto permite al espectador reorganizar los hechos y descubrir nuevas capas de la historia.
En la literatura, autores como Haruki Murakami han desarrollado argumentos complejos que mezclan realismo y fantasía, ofreciendo una experiencia narrativa única. Estos ejemplos muestran cómo el argumento puede adaptarse a diferentes contextos y audiencias, manteniendo su esencia como herramienta narrativa.
¿Para qué sirve el argumento en una historia?
El argumento sirve como guía para el lector, proporcionando una estructura clara que le permite seguir la historia sin perderse en detalles innecesarios. Además, el argumento permite al escritor organizar sus ideas, desarrollar personajes y construir escenarios que sean coherentes y significativos.
Por ejemplo, en una novela de misterio, el argumento ayuda al lector a anticipar pistas, sospechar de personajes y resolver el crimen junto con el protagonista. En una novela de ciencia ficción, el argumento puede explorar ideas sobre el futuro, la tecnología o la evolución humana, permitiendo al lector reflexionar sobre estas cuestiones.
El argumento también sirve para transmitir valores o mensajes sociales. En muchas obras, el argumento se utiliza para criticar aspectos de la sociedad, como el machismo, el racismo o la desigualdad económica. Esto permite que la historia no solo entretenga, sino que también educe o provoque un cambio en la percepción del lector.
Variantes del argumento en la narrativa
Existen múltiples formas de desarrollar un argumento, dependiendo del género, la audiencia y el propósito del autor. Algunas de las variantes más comunes incluyen:
- Argumento lineal: El más común, donde los eventos se presentan en orden cronológico.
- Argumento no lineal: Los eventos se presentan fuera del orden cronológico, como en *Pulp Fiction* o *Inception*.
- Argumento circular: La historia comienza y termina en el mismo lugar, como en *La vida de Pi*.
- Argumento en capítulos: La historia se divide en capítulos o partes, cada una con su propio desarrollo y resolución parcial.
Cada una de estas variantes permite al autor explorar diferentes formas de contar una historia, adaptándose a las necesidades de la narrativa y la audiencia. Por ejemplo, en la literatura infantil, los argumentos suelen ser lineales y claros, mientras que en la literatura adulta o el cine independiente, se pueden experimentar con estructuras más complejas.
El argumento como herramienta de análisis literario
El argumento no solo es una herramienta para el escritor, sino también para el lector o crítico que busca analizar una obra. Al identificar el argumento, se puede comprender mejor la estructura de la historia, el desarrollo de los personajes y los temas abordados.
En la crítica literaria, el argumento es un punto central para evaluar la coherencia, la originalidad y el impacto de una obra. Por ejemplo, en una reseña de una novela, se puede analizar cómo el argumento contribuye a la construcción del personaje principal y cómo se resuelve el conflicto central.
Además, el argumento permite comparar obras de diferentes autores o períodos. Por ejemplo, se puede comparar el argumento de *Cien años de soledad* con el de *El Alquimista*, para analizar cómo cada uno aborda temas como el destino, el amor y la identidad. Esta comparación ayuda a comprender mejor las diferencias y semejanzas entre los distintos enfoques narrativos.
El significado del argumento en la narrativa
El argumento es el núcleo de cualquier historia, ya que define qué sucede, por qué sucede y cómo se resuelve. Es el hilo conductor que une a los personajes, los conflictos y los escenarios en una narrativa coherente. Sin un buen argumento, una historia puede perder su sentido y no lograr su propósito.
En el proceso de escribir una historia, el argumento se construye paso a paso. Primero, se define el conflicto central, que puede ser un problema que el personaje debe resolver. Luego, se desarrollan los eventos que llevarán al clímax, es decir, el punto más intenso de la historia. Finalmente, se resuelve el conflicto, dejando al lector con una impresión duradera.
El argumento también puede servir como base para el desarrollo de los personajes. A través del argumento, los personajes enfrentan desafíos que los transforman, lo que permite al lector ver su evolución. Por ejemplo, en *El Señor de los Anillos*, Frodo se transforma de un hobbit inseguro en un héroe que acepta su destino.
¿De dónde proviene el concepto de argumento en la historia?
El concepto de argumento como estructura narrativa tiene sus raíces en la antigua Grecia, donde los filósofos como Aristóteles estudiaron la narrativa y su organización. En su obra *Poética*, Aristóteles definió la trama como el orden lógico de los eventos que conforman una historia, y consideró que la trama bien construida era esencial para una obra literaria exitosa.
A lo largo de la historia, diferentes autores y teóricos han desarrollado distintas estructuras narrativas. Por ejemplo, en el siglo XIX, Gustav Freytag propuso la pirámide de Freytag, que divide la historia en cinco partes: introducción, subida de tensión, clímax, caída de tensión y resolución. Esta estructura sigue siendo relevante en la narrativa moderna.
En la actualidad, el argumento se considera una herramienta fundamental para la creación de historias, ya sea en literatura, cine, televisión o videojuegos. Su evolución a lo largo de los siglos ha permitido a los creadores contar historias más complejas y significativas, adaptándose a las necesidades de cada época.
Diferentes enfoques del argumento en la narrativa
Dependiendo del género, el público objetivo y el estilo del autor, el argumento puede tomar distintas formas. En la literatura infantil, los argumentos suelen ser sencillos y claros, con un conflicto que se resuelve de manera inmediata. En la literatura adulta, por el contrario, los argumentos pueden ser más complejos, con múltiples capas y resoluciones que no siempre son satisfactorias.
En el cine y la televisión, los argumentos suelen seguir estructuras más estandarizadas para mantener la atención del público. Por ejemplo, en series de televisión como *Breaking Bad*, el argumento se desarrolla a lo largo de múltiples temporadas, con una estructura que permite a los personajes evolucionar y enfrentar nuevos desafíos.
En el videojuego, el argumento puede ser interactivo, lo que permite al jugador tomar decisiones que afectan el desarrollo de la historia. Esto ofrece una experiencia más personalizada y enriquecida, donde el argumento no solo se sigue, sino que se construye a través de la acción del jugador.
¿Cómo se construye el argumento de una historia?
La construcción de un argumento implica varios pasos clave. Primero, se define el conflicto central, que puede ser un problema personal, social o existencial que el personaje debe resolver. Luego, se desarrolla una estructura narrativa que organice los eventos de manera lógica y coherente.
Una forma efectiva de construir el argumento es utilizar la estructura en tres actos:
- Acto I (Presentación): Se introduce el mundo del relato, los personajes principales y el conflicto.
- Acto II (Desarrollo): Se presentan los desafíos que el personaje debe superar para resolver el conflicto.
- Acto III (Resolución): Se resuelve el conflicto, dejando al lector con una impresión duradera.
También es importante considerar el ritmo de la historia, el desarrollo de los personajes y la coherencia de los eventos. Un buen argumento debe ser flexible, permitiendo al escritor explorar nuevas ideas y enriquecer la narrativa a medida que avanza el relato.
Cómo usar el argumento en la narrativa y ejemplos prácticos
Para usar el argumento de manera efectiva, es necesario planificar la historia con anticipación. Esto implica crear un esquema narrativo que defina los puntos clave y los eventos que llevarán al clímax. Por ejemplo, si escribimos una novela de misterio, el argumento debe incluir pistas, sospechosos y un final que resuelva el crimen de manera lógica.
Un ejemplo práctico es el siguiente: si queremos escribir una historia sobre un científico que descubre una cura para una enfermedad rara, el argumento puede desarrollarse de la siguiente manera:
- Acto I: Presentamos al científico y su motivación para descubrir la cura.
- Acto II: Se presentan obstáculos como falta de fondos, conflictos personales y competidores.
- Acto III: El científico logra encontrar la cura, pero enfrenta dilemas éticos sobre su uso.
Este esquema permite al lector seguir la historia con claridad y emoción, ya que cada acto presenta nuevos desafíos y avances en la trama.
El argumento como herramienta para la creación de personajes
El argumento no solo organiza los eventos, sino que también permite el desarrollo de los personajes. A través del argumento, los personajes enfrentan desafíos que les permiten crecer, cambiar o revelar aspectos de su personalidad. Por ejemplo, en *El Señor de los Anillos*, Frodo se transforma de un hobbit inseguro en un héroe que acepta su destino.
El argumento también permite explorar las relaciones entre los personajes. Por ejemplo, en una novela de amor, el argumento puede mostrar cómo los personajes se conocen, se atraen y enfrentan conflictos que ponen a prueba su relación. En una novela de acción, el argumento puede mostrar cómo los personajes trabajan juntos para superar un enemigo común.
El desarrollo de los personajes es una parte esencial del argumento, ya que permite al lector conectarse emocionalmente con la historia. Un buen argumento debe incluir personajes que evolucionen a lo largo de la narrativa, lo que hace que la historia sea más interesante y significativa.
El argumento como base para el diálogo y la acción
El argumento también influye en la construcción del diálogo y la acción. El diálogo debe servir al desarrollo del argumento, ayudando a revelar la personalidad de los personajes o avanzar la trama. Por ejemplo, en una novela de misterio, los diálogos pueden incluir pistas o revelaciones que ayuden al lector a resolver el crimen.
En cuanto a la acción, el argumento define cuándo y cómo los personajes actúan para resolver el conflicto. En una novela de acción, la acción puede ser intensa y constante, mientras que en una novela de drama, la acción puede ser más sutil, centrada en las emociones y las decisiones de los personajes.
Un buen equilibrio entre diálogo y acción es esencial para mantener el ritmo de la historia y mantener al lector interesado. El argumento sirve como guía para decidir qué elementos incluir y cómo organizarlos para maximizar su impacto.
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