El conocimiento común, tal como lo analizó el filósofo francés Gaston Bachelard, representa una forma de pensamiento que se desarrolla espontáneamente en el día a día de las personas, sin un rigor científico o filosófico. Este tipo de conocimiento está profundamente arraigado en la experiencia cotidiana y se transmite de manera informal. En este artículo, exploraremos a fondo la visión que Bachelard tenía sobre esta forma de entendimiento, su importancia en la filosofía de la ciencia y cómo influye en la manera en que las personas perciben el mundo.
¿Qué entiende Bachelard por conocimiento común?
Gaston Bachelard, en su obra *La Filosofía del No* y otros textos, define el conocimiento común como un conjunto de ideas, creencias y suposiciones que la sociedad acepta sin cuestionar. Este tipo de conocimiento no surge de un análisis crítico, sino de la repetición constante de experiencias cotidianas. Para Bachelard, el conocimiento común es una barrera para el pensamiento científico, ya que impide cuestionar lo evidente y avanza a través de lo que consideramos natural.
Un dato interesante es que Bachelard, en el siglo XX, fue uno de los primeros filósofos en analizar cómo el lenguaje y las imágenes mentales están cargados de prejuicios arraigados en el conocimiento común. Por ejemplo, la idea de que el calor es algo que entra en el cuerpo es una concepción común que contradice el modelo científico moderno, donde el calor se entiende como una transferencia de energía.
Este enfoque lo lleva a proponer lo que él llama un espíritu crítico, una actitud que busca destruir los esquemas mentales heredados del conocimiento común para construir una nueva manera de pensar, más abierta y científica.
El conocimiento común como base de la filosofía bachelardiana
La filosofía de Bachelard gira en torno a la idea de que el conocimiento común no es neutral, sino que está lleno de resistencias y obstáculos que impiden el progreso del pensamiento. A través de su análisis, Bachelard mostró que el conocimiento cotidiano no solo limita la comprensión científica, sino que también moldea la manera en que las personas perciben la realidad.
Por ejemplo, en su libro *El Nacimiento del Entendimiento Científico*, Bachelard destaca que los niños llegan al mundo con un conocimiento común basado en lo que ven y sienten. Esta base, sin embargo, puede convertirse en un obstáculo para el desarrollo del pensamiento científico si no se somete a revisión crítica. El filósofo francés propone, entonces, que el pensamiento científico debe partir de una ruptura con lo evidente, lo que él llama el espíritu de la ciencia.
Bachelard también argumenta que el conocimiento común es un espíritu de la naturaleza, es decir, una forma de entender el mundo que se basa en lo que parece y no en lo que es. Esta concepción le permite criticar el empirismo tradicional y proponer una epistemología que priorice la imaginación crítica y el pensamiento constructivo.
El conocimiento común y la ciencia en la visión de Bachelard
Una de las ideas más originales de Bachelard es que el conocimiento común no solo es una base para el pensamiento cotidiano, sino que también influye en la manera en que se desarrolla la ciencia. A diferencia de lo que podría pensarse, no todos los científicos logran superar las barreras del conocimiento común. Muchas veces, los paradigmas científicos también están influenciados por creencias arraigadas en la experiencia diaria.
Por ejemplo, Bachelard señaló que la física clásica fue durante mucho tiempo dominada por imágenes mentales basadas en el conocimiento común, como la idea de que los objetos caen porque quieren llegar al suelo. Estas concepciones, aunque intuitivas, son incompatibles con las leyes de la física moderna. Para Bachelard, la ciencia avanza cuando se produce un girar el espíritu, es decir, cuando se abandona lo evidente y se abraza lo que es complejo y no intuitivo.
Este enfoque lo convierte en un precursor del pensamiento epistemológico moderno, donde el conocimiento no se ve como una acumulación lineal, sino como una ruptura constante con esquemas anteriores.
Ejemplos de conocimiento común según Bachelard
Para entender mejor el concepto de conocimiento común, Bachelard utilizó ejemplos concretos que ilustran cómo esta forma de pensamiento afecta la percepción del mundo. Uno de los ejemplos más famosos es el de la imagen mental del aire. El conocimiento común nos lleva a pensar que el aire es algo invisible, inmóvil, y que no tiene peso. Sin embargo, la ciencia moderna nos enseña que el aire es una mezcla de gases con masa y movimiento constante.
Otro ejemplo lo encontramos en la idea de que el calor es una sustancia que se transmite. Esta creencia común fue superada por la termodinámica, que define el calor como una forma de energía en movimiento. Bachelard ve en este tipo de ejemplos una prueba de que el conocimiento común no solo es limitado, sino que también puede ser engañoso.
Además, Bachelard mostró que los niños son especialmente propensos a construir imágenes mentales basadas en lo que observan, lo que los lleva a formar teorías intuitivas que no coinciden con los modelos científicos. Esta observación lo lleva a proponer que la enseñanza debe partir de destruir esas imágenes para construir otras más precisas.
El concepto de espíritu de la ciencia en Bachelard
Uno de los conceptos centrales en la filosofía de Bachelard es el espíritu de la ciencia, que se opone al conocimiento común. Para él, el espíritu científico se basa en la imaginación crítica, la ruptura con lo evidente y la construcción de modelos abstractos que explican fenómenos complejos. Este espíritu no se limita a los científicos, sino que debe ser cultivado en todos los que desean pensar con rigor.
El espíritu de la ciencia implica una actitud de cuestionamiento constante. Para Bachelard, no basta con aprender los hechos; hay que entender por qué esos hechos son ciertos y cómo se relacionan entre sí. Esto requiere una mentalidad abierta, dispuesta a revisar constantemente lo que se cree saber.
En este contexto, el filósofo propone que la ciencia no es una acumulación de conocimiento, sino una reconstrucción constante. Cada nueva teoría debe superar las anteriores, no simplemente añadirse a ellas. Esta visión es especialmente relevante en la actualidad, donde la ciencia enfrenta desafíos como el cambio climático o la inteligencia artificial, que requieren una nueva forma de pensar.
Cinco ejemplos de conocimiento común que Bachelard criticó
- El calor como sustancia: La idea de que el calor es una sustancia que se transmite es un ejemplo clásico de conocimiento común que fue superado por la termodinámica.
- La caída de los objetos: El conocimiento común dice que los objetos caen porque quieren llegar al suelo, pero la física moderna explica esto como una consecuencia de la gravedad.
- La visión como simple captación: Se cree comúnmente que ver es solo captar lo que está ahí, pero Bachelard mostró que la visión está mediada por prejuicios y expectativas.
- La noción de espacio como contenedor: El conocimiento común ve el espacio como un lugar vacío que contiene los objetos, pero la física moderna lo entiende como una estructura dinámica.
- La noción de tiempo como flujo uniforme: Aunque parece intuitivo, el tiempo no fluye de la misma manera para todos, como lo demuestra la teoría de la relatividad.
El conocimiento común y la psicología de Bachelard
Bachelard no solo se dedicó a la filosofía de la ciencia, sino que también exploró cómo el conocimiento común influye en la psicología del individuo. En su obra *La Psicología del Espacio*, analiza cómo las representaciones espaciales son construcciones mentales que no siempre coinciden con la realidad física. Estas representaciones están profundamente arraigadas en el conocimiento común.
Por ejemplo, Bachelard señala que los niños tienen una relación muy personal con el espacio, lo que les lleva a construir imágenes mentales que no se ajustan a las leyes de la geometría. Esta observación le permite argumentar que el conocimiento científico no puede surgir directamente de lo que percibimos, sino que debe ser construido a partir de un proceso de abstracción y crítica.
Este enfoque psicológico le permite a Bachelard desarrollar una teoría del pensamiento que combina elementos de filosofía, ciencia y psicología, lo que lo convierte en una figura clave en la historia del pensamiento moderno.
¿Para qué sirve entender el conocimiento común según Bachelard?
Entender el conocimiento común desde la perspectiva de Bachelard tiene múltiples aplicaciones. En la educación, por ejemplo, permite identificar las imágenes mentales que los estudiantes construyen de forma espontánea y que pueden obstaculizar el aprendizaje científico. Si un profesor sabe que sus alumnos asumen que el aire no tiene peso, puede diseñar actividades que desafíen esta creencia y la reemplacen con una concepción más precisa.
En la filosofía de la ciencia, este enfoque ayuda a comprender cómo los paradigmas científicos se forman y cambian a lo largo del tiempo. Bachelard mostró que los avances científicos no son solo acumulativos, sino que requieren una ruptura con creencias anteriores. Esto es especialmente relevante en campos como la física cuántica, donde los conceptos son contraintuitivos y no se alinean con el conocimiento común.
En el ámbito personal, entender el conocimiento común nos permite reflexionar sobre nuestras propias creencias y cuestionar si están basadas en evidencia o en prejuicios. Este tipo de reflexión es fundamental para desarrollar una mentalidad crítica y una actitud científica.
Conocimiento común vs. pensamiento crítico en Bachelard
Una de las principales contribuciones de Bachelard es la distinción entre el conocimiento común y el pensamiento crítico. Mientras el primero se basa en lo evidente y lo inmediato, el pensamiento crítico requiere de un esfuerzo consciente para cuestionar lo que parece obvio. Para Bachelard, esta diferencia no es solo conceptual, sino también práctica.
El pensamiento crítico, según Bachelard, implica una ruptura con lo evidente. Esto no significa negar la experiencia, sino reconstruirla desde una perspectiva más profunda. Por ejemplo, cuando se habla de caídas, el conocimiento común nos dice que los objetos caen porque quieren llegar al suelo. El pensamiento crítico, en cambio, nos lleva a entender que esto se debe a la gravedad, una fuerza invisible que actúa a distancia.
Esta ruptura no es fácil, ya que el conocimiento común está profundamente arraigado en nuestro lenguaje, en nuestras imágenes mentales y en nuestras experiencias cotidianas. Bachelard propone, entonces, que el pensamiento crítico debe ser enseñado y practicado como una habilidad, no como una capacidad innata.
El conocimiento común y la filosofía de la imaginación en Bachelard
Otra contribución importante de Bachelard es su visión de la imaginación como herramienta para superar el conocimiento común. En su libro *La Nueva Dialéctica*, argumenta que la imaginación no es solo una forma de soñar, sino una capacidad fundamental para construir modelos abstractos que expliquen fenómenos complejos. Esta visión se opone a la noción tradicional de que la imaginación es un obstáculo para el pensamiento racional.
Para Bachelard, la imaginación crítica es una herramienta que nos permite escapar de las limitaciones del conocimiento común. En lugar de aceptar lo evidente, la imaginación nos permite construir representaciones mentales que nos acercan a una comprensión más profunda de la realidad. Por ejemplo, para entender la estructura del átomo, es necesario imaginar algo que no podemos ver directamente.
Esta idea tiene implicaciones importantes en la educación, ya que sugiere que la imaginación no debe ser reprimida, sino cultivada. La capacidad de imaginar modelos abstractos es una habilidad que puede ser desarrollada a través del entrenamiento y la exposición a conceptos complejos.
El significado de conocimiento común en la filosofía de Bachelard
En la filosofía de Bachelard, el conocimiento común no es solo un conjunto de ideas erróneas, sino una forma de pensar que está profundamente arraigada en la experiencia humana. Este tipo de conocimiento se basa en la percepción inmediata del mundo y en la repetición constante de ciertos esquemas mentales. Para Bachelard, sin embargo, esta forma de pensar es limitada y puede obstaculizar el desarrollo del pensamiento científico.
El conocimiento común también se caracteriza por su resistencia al cambio. Una vez que una idea se ha establecido en la mente, es difícil deshacerse de ella, incluso cuando se demuestra que es falsa. Esto es especialmente relevante en la educación, donde los profesores deben identificar y superar los prejuicios mentales de sus estudiantes para enseñar conceptos científicos de manera efectiva.
Además, Bachelard mostró que el conocimiento común está profundamente arraigado en el lenguaje. Muchas de las palabras que usamos para describir fenómenos naturales tienen un significado que se basa en el conocimiento común, lo que puede dificultar la comprensión de conceptos científicos más precisos.
¿Cuál es el origen del conocimiento común según Bachelard?
El conocimiento común, según Bachelard, tiene su origen en la experiencia inmediata y en las representaciones mentales que construimos a partir de lo que percibimos. Esta forma de conocimiento no surge de un análisis crítico, sino de la repetición de ciertos esquemas mentales que se transmiten de generación en generación. Por ejemplo, la idea de que el calor es algo que entra en el cuerpo es una creencia común que se basa en la experiencia sensorial y no en un modelo científico.
Bachelard también señaló que el conocimiento común está influido por la cultura y el entorno social. En diferentes culturas, el conocimiento común puede tomar formas distintas, lo que lleva a una diversidad de perspectivas sobre el mundo. Esta idea es especialmente relevante en la filosofía comparativa, donde se analizan cómo diferentes culturas entienden fenómenos naturales.
En resumen, el conocimiento común no es una forma de pensar universal, sino que varía según el contexto histórico, cultural y personal. Para Bachelard, esto subraya la importancia de cuestionar nuestras propias creencias y reconocer que muchas de ellas están influenciadas por factores externos.
Conocimiento común y conocimiento científico en la visión de Bachelard
Para Bachelard, el conocimiento científico no es una evolución natural del conocimiento común, sino una ruptura con él. Mientras el conocimiento común se basa en lo evidente y lo intuitivo, el conocimiento científico se fundamenta en modelos abstractos que explican fenómenos que no son inmediatamente perceptibles. Esta diferencia no solo es conceptual, sino también metodológica.
Bachelard mostró que los científicos también pueden estar influenciados por el conocimiento común, lo que puede llevar a errores conceptuales. Por ejemplo, en la física clásica se asumía que el espacio era un contenedor vacío, una idea que fue superada por la teoría de la relatividad. Este tipo de errores subraya la importancia de un pensamiento crítico en la ciencia.
El filósofo francés propone que el conocimiento científico debe ser construido a partir de una ruptura con lo evidente. Esto implica que no basta con observar lo que ocurre, sino que hay que imaginar modelos que expliquen por qué ocurre. Esta visión le permite defender una epistemología que prioriza la imaginación crítica sobre la observación directa.
¿Por qué el conocimiento común es un obstáculo para el pensamiento científico?
Según Bachelard, el conocimiento común es un obstáculo para el pensamiento científico porque impide cuestionar lo evidente. Cuando algo parece obvio, solemos aceptarlo sin cuestionarlo, lo que nos lleva a construir teorías que están basadas en suposiciones erróneas. Por ejemplo, la idea de que los objetos caen porque quieren llegar al suelo es una creencia común que contradice la física moderna.
Este obstáculo no solo afecta a los científicos, sino también a los estudiantes. Muchas veces, los alumnos llegan al aula con imágenes mentales que se basan en el conocimiento común, lo que puede dificultar el aprendizaje de conceptos científicos. Para superar este obstáculo, es necesario desarrollar un pensamiento crítico que permita cuestionar lo que parece evidente y construir modelos más precisos.
Bachelard propone que la ciencia avanza cuando se produce un girar el espíritu, es decir, cuando se abandona lo intuitivo para abrazar lo complejo y lo no evidente. Esta actitud es fundamental para el desarrollo del conocimiento científico y para la formación de una mentalidad crítica.
Cómo usar el conocimiento común y ejemplos de su uso
El conocimiento común puede ser útil en ciertos contextos, como la vida cotidiana, donde no se requiere un análisis crítico profundo. Por ejemplo, cuando cocinamos, usamos el conocimiento común para entender que el agua hierve a 100 grados Celsius, sin necesidad de entender la física del vapor. Sin embargo, en contextos científicos, este tipo de conocimiento puede ser un obstáculo.
Para usar el conocimiento común de manera efectiva, es importante reconocer sus limitaciones. En la educación, por ejemplo, los profesores deben identificar los prejuicios mentales de sus alumnos y diseñar actividades que los ayuden a superarlos. Esto implica no solo enseñar hechos, sino también desarrollar habilidades de pensamiento crítico.
En la vida profesional, el conocimiento común puede ser útil para tomar decisiones rápidas, pero también puede llevar a errores si no se somete a revisión. Por ejemplo, en la medicina, una suposición común sobre una enfermedad puede llevar a un diagnóstico incorrecto si no se contrasta con la evidencia científica.
El conocimiento común en la enseñanza de las ciencias
La enseñanza de las ciencias es uno de los contextos donde el conocimiento común tiene un impacto significativo. Bachelard señaló que los estudiantes suelen construir imágenes mentales basadas en lo que ven y sienten, lo que puede llevar a errores conceptuales. Por ejemplo, muchos niños creen que los objetos caen porque quieren llegar al suelo, una idea que contradice la física moderna.
Para superar este obstáculo, los profesores deben diseñar actividades que desafíen las creencias comunes de sus alumnos. Esto implica no solo enseñar conceptos, sino también desarrollar habilidades de pensamiento crítico. Por ejemplo, un profesor puede mostrar a sus estudiantes una demostración que muestre que los objetos caen con la misma velocidad independientemente de su masa, lo que contradice la intuición común.
Este enfoque no solo mejora el aprendizaje, sino que también fomenta una actitud científica en los estudiantes. Al cuestionar lo evidente, los alumnos desarrollan una mentalidad abierta y crítica que les permitirá enfrentar desafíos complejos en el futuro.
El conocimiento común y la filosofía moderna
La visión de Bachelard sobre el conocimiento común ha tenido un impacto duradero en la filosofía moderna. Su enfoque crítico de la experiencia cotidiana y su defensa del pensamiento científico han influido en múltiples disciplinas, desde la epistemología hasta la educación. Además, su idea de que el conocimiento no es una acumulación lineal, sino una reconstrucción constante, ha sido fundamental para entender el progreso científico.
En la filosofía contemporánea, la crítica al conocimiento común se ha extendido a otros contextos, como la filosofía de la tecnología y la filosofía de la mente. Por ejemplo, en la filosofía de la inteligencia artificial, se ha debatido sobre cómo los algoritmos pueden estar influenciados por prejuicios similares a los del conocimiento común.
En resumen, el análisis de Bachelard sobre el conocimiento común no solo es relevante para la filosofía de la ciencia, sino también para entender cómo pensamos, cómo aprendemos y cómo construimos modelos del mundo.
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