Que es el derecho positivo segun kelsen

Que es el derecho positivo segun kelsen

El estudio del derecho positivo, especialmente desde la perspectiva de Hans Kelsen, es un tema fundamental en el campo de la filosofía del derecho. Este enfoque busca entender cómo se estructura el sistema jurídico, separando la normatividad del derecho de cuestiones morales o éticas. En este artículo exploraremos en profundidad qué implica el derecho positivo según Kelsen, su importancia y cómo se diferencia de otras teorías jurídicas.

¿Qué es el derecho positivo según Kelsen?

El derecho positivo, desde la visión de Hans Kelsen, es un sistema normativo compuesto por normas jurídicas creadas por instituciones autorizadas, como Estados o gobiernos. Kelsen, considerado uno de los fundadores de la teoría pura del derecho, propuso que el derecho no debe confundirse con la moral ni con la justicia, sino que es un sistema autónomo basado en normas válidas y jerárquicamente ordenadas.

Kelsen introdujo la idea del esquema de bases (Grundnorm), una norma hipotética que sirve como fundamento para el sistema jurídico. A partir de esta base, se derivan todas las demás normas, creando una estructura piramidal donde cada norma superior autoriza y da validez a las inferiores. Este enfoque busca entender el derecho desde su estructura formal y normativa, sin mezclarlo con valores o juicios de justicia.

Además, Kelsen destacó que el derecho positivo no es un sistema estático, sino dinámico. Las normas pueden ser modificadas o derogadas, pero siempre dentro de un marco que respeta la jerarquía y la validez del sistema. Este enfoque busca evitar que el derecho se vea afectado por influencias externas, como ideologías o intereses políticos, garantizando así su coherencia y predictibilidad.

El derecho positivo y su distinción con otros sistemas jurídicos

Una de las principales contribuciones de Kelsen es la separación clara entre el derecho positivo y otros sistemas jurídicos, como el derecho natural o el derecho vivencial. Mientras que el derecho natural asume que el derecho debe ser justo y moral, Kelsen argumenta que el derecho positivo no tiene por qué ser justo, ya que su validez depende únicamente de su conformidad con el sistema normativo establecido.

Esta distinción es crucial en la teoría del derecho, ya que permite analizar el derecho desde un enfoque metodológico y empírico, sin mezclarlo con juicios valorativos. Para Kelsen, el derecho no debe juzgarse por su justicia, sino por su coherencia interna y su cumplimiento de las normas superiores. Esta visión ha sido fundamental en el desarrollo del positivismo jurídico y ha influido en numerosas teorías posteriores.

Otra diferencia importante es la relación entre el derecho positivo y el derecho vivencial. Mientras el primero se refiere a las normas escritas y oficiales, el derecho vivencial describe cómo las normas son aplicadas en la práctica. Kelsen, sin embargo, enfatiza que solo el derecho positivo tiene validez jurídica, ya que el derecho vivencial puede reflejar abusos o desviaciones del sistema normativo.

La importancia del esquema de bases en la teoría kelseniana

El concepto de esquema de bases (Grundnorm) es el fundamento teórico que permite la coherencia del sistema jurídico según Kelsen. Este esquema es una norma hipotética que no existe en la realidad, pero que sirve como punto de partida lógico para validar todas las normas jurídicas. A partir de esta base, se construyen normas secundarias, terciarias y así sucesivamente, formando una estructura piramidal donde cada nivel depende del anterior.

Este modelo permite analizar el sistema jurídico de manera sistemática, evitando confusiones entre normas de distinto rango. Además, el esquema de bases establece que la validez de una norma no depende de su justicia o moralidad, sino de su conformidad con la norma superior. Esto refuerza la idea de que el derecho positivo es un sistema normativo independiente, que puede operar sin necesidad de referirse a valores externos.

El esquema de bases también tiene implicaciones prácticas, ya que permite identificar cuándo una norma es inválida o inconstitucional. Si una norma viola la norma superior, pierde su validez dentro del sistema. Este enfoque es especialmente útil en sistemas jurídicos complejos, donde la coherencia y la jerarquía son esenciales para evitar contradicciones y garantizar la seguridad jurídica.

Ejemplos de derecho positivo según Kelsen

Para entender mejor el derecho positivo según Kelsen, es útil analizar ejemplos concretos. Por ejemplo, la Constitución de un país puede considerarse la norma base de su sistema jurídico. A partir de ella se derivan las leyes ordinarias, que a su vez autorizan a los reglamentos y disposiciones administrativas. Cada nivel de norma debe ser conforme con la norma superior, de lo contrario pierde su validez.

Otro ejemplo es el sistema legal de Alemania, donde la Constitución (Bundesverfassungsgesetz) es la norma suprema. Desde allí se derivan las leyes federales, que a su vez autorizan a los ministerios a emitir reglamentos. En este caso, si un reglamento viola una ley federal, puede ser declarado inaplicable. Este es un claro ejemplo de cómo funciona la jerarquía normativa en el derecho positivo kelseniano.

También se pueden citar casos internacionales, como el derecho internacional público, donde los tratados internacionales tienen rango normativo y sirven como base para la creación de leyes nacionales. Aunque el derecho internacional puede ser complejo debido a su naturaleza consensual, Kelsen argumenta que sigue siendo un sistema positivo si se analiza desde su estructura normativa y no desde su justicia o eficacia.

El concepto de norma jurídica en la teoría de Kelsen

El concepto de norma jurídica es central en la teoría de Kelsen. Para él, una norma jurídica es una prescripción que establece un deber, un derecho o una prohibición. Estas normas son válidas si se derivan de una norma superior, siguiendo el esquema de bases. Cada norma, a su vez, puede ser modificada o derogada por otra norma con igual o mayor rango.

Kelsen distingue tres tipos de normas: normas primarias (que regulan el comportamiento de los individuos), normas secundarias (que autorizan a otros a emitir normas) y normas terciarias (que establecen cómo se deben interpretar y aplicar las normas). Esta distinción permite comprender la complejidad del sistema jurídico y cómo se mantiene su coherencia.

Un ejemplo práctico es la ley penal, que establece qué actos son delictivos. Esta ley es una norma primaria que se deriva de una norma secundaria, como la Constitución o una ley orgánica. A su vez, las normas secundarias se basan en el esquema de bases. Este enfoque asegura que todas las normas tengan una base lógica y coherente, evitando contradicciones y garantizando la seguridad jurídica.

Principales características del derecho positivo según Kelsen

El derecho positivo, según Kelsen, tiene varias características que lo distinguen de otras teorías jurídicas. Una de las más importantes es su enfoque normativo y sistemático. Kelsen argumenta que el derecho es un sistema de normas válidas, organizadas jerárquicamente y derivadas lógicamente entre sí. Esta visión permite analizar el derecho de manera metódica y empírica, sin mezclarlo con juicios morales o éticos.

Otra característica clave es la separación entre derecho y moral. Para Kelsen, el derecho positivo no debe confundirse con la justicia, la equidad o la moral. Esta separación, conocida como la tijera de Kelsen, permite que el derecho se estudie como un fenómeno autónomo, sin necesidad de referirse a valores externos. Esto ha sido una de las críticas más frecuentes a su teoría, ya que algunos argumentan que ignora aspectos esenciales del derecho.

Además, el derecho positivo según Kelsen es un sistema dinámico. Las normas pueden ser modificadas o derogadas, pero siempre dentro del marco establecido por el esquema de bases. Esto permite que el sistema jurídico evolucione con el tiempo, adaptándose a nuevas necesidades sociales y políticas.

El derecho positivo como sistema normativo coherente

El derecho positivo, desde la perspectiva de Kelsen, no es un conjunto caótico de normas, sino un sistema coherente y lógico. Cada norma jurídica tiene un lugar definido dentro de la estructura normativa, y su validez depende de su conformidad con las normas superiores. Esta coherencia permite que el sistema funcione de manera predictible, lo que es esencial para la seguridad jurídica.

Además, el sistema normativo kelseniano está diseñado para evitar contradicciones. Si una norma viola una norma superior, pierde su validez. Esto asegura que el sistema jurídico no se fragmente ni se contradiga a sí mismo. Por ejemplo, si una ley ordinaria contradice a la Constitución, puede ser declarada inconstitucional y, por tanto, inaplicable. Este mecanismo es fundamental para mantener la integridad del sistema.

El derecho positivo también permite que el sistema jurídico se adapte a los cambios sociales. Aunque las normas se derivan lógicamente entre sí, su contenido puede modificarse para responder a nuevas realidades. Esta flexibilidad es crucial en un mundo en constante evolución, donde las normas deben actualizarse para reflejar los cambios en la sociedad.

¿Para qué sirve el derecho positivo según Kelsen?

El derecho positivo, según Kelsen, tiene como finalidad principal crear un sistema normativo coherente y predictible. Este sistema permite que los individuos conozcan cuáles son sus obligaciones y derechos, lo que es esencial para la convivencia social. Al separar el derecho de la moral, Kelsen busca garantizar que el sistema funcione de manera objetiva, sin influencias externas que puedan distorsionar su aplicación.

Otra función importante del derecho positivo es la seguridad jurídica. Al establecer un sistema jerárquico y lógico, los ciudadanos y las instituciones pueden confiar en que las normas son válidas y aplicables. Esto reduce la incertidumbre y permite que las personas actúen con previsibilidad, lo que es fundamental para el desarrollo económico y social.

Por último, el derecho positivo también sirve como base para la interpretación y aplicación de las normas. Al seguir el esquema de bases, los jueces y los funcionarios pueden determinar cuál es la norma aplicable en cada caso, evitando contradicciones y garantizando la coherencia del sistema.

El positivismo jurídico y su relación con el derecho positivo

El positivismo jurídico es una corriente filosófica que sostiene que el derecho es un sistema normativo positivo, es decir, creado por instituciones humanas. Kelsen es uno de los exponentes más importantes de esta corriente, y su teoría del derecho positivo se basa en los principios del positivismo. Para él, el derecho no debe confundirse con la moral ni con la justicia, sino que debe estudiarse como un fenómeno empírico y normativo.

El positivismo jurídico se diferencia de otras corrientes, como el derecho natural, que sostiene que el derecho debe ser justo y moral. Según los positivistas, la validez de una norma no depende de su justicia, sino de su conformidad con el sistema normativo. Esto permite que el derecho se estudie de manera objetiva, sin mezclarlo con juicios valorativos.

Un ejemplo práctico de esta visión es el sistema legal de muchos países democráticos, donde las normas son creadas por instituciones legítimas y aplicadas por tribunales independientes. Aunque estas normas pueden ser injustas desde un punto de vista moral, su validez depende únicamente de su conformidad con el sistema normativo establecido.

El derecho positivo y su influencia en la filosofía del derecho

La teoría del derecho positivo según Kelsen ha tenido una influencia profunda en la filosofía del derecho, especialmente en el desarrollo del positivismo jurídico. Esta corriente ha sido adoptada por numerosos filósofos y juristas, quienes han utilizado los principios kelsenianos para analizar y criticar otras teorías jurídicas.

Una de las críticas más frecuentes a la teoría de Kelsen es que ignora aspectos esenciales del derecho, como la justicia, la equidad o la moral. Sin embargo, Kelsen argumenta que estos aspectos pertenecen a otros dominios y no deben mezclarse con el análisis jurídico. Esta separación permite que el derecho se estudie de manera objetiva y empírica, sin influencias externas.

Otra influencia importante de la teoría kelseniana es en el desarrollo de los sistemas jurídicos modernos. Muchos países han adoptado estructuras jurídicas basadas en la idea de un sistema normativo jerárquico, donde las normas superiores autorizan a las inferiores. Este enfoque ha sido fundamental para garantizar la coherencia y la seguridad jurídica en sistemas complejos.

El significado del derecho positivo según Kelsen

El derecho positivo, según Kelsen, es un sistema normativo compuesto por normas jurídicas creadas por instituciones autorizadas. Este sistema no depende de la moral ni de la justicia, sino que se basa en la validez lógica de las normas. Para Kelsen, el derecho es un fenómeno autónomo que puede estudiarse de manera empírica y metodológica, sin mezclarlo con valores externos.

Una de las ideas centrales de Kelsen es la separación entre derecho y moral. Esta separación, conocida como la tijera de Kelsen, permite que el derecho se analice de manera objetiva, sin influencias externas. Esta visión ha sido fundamental en el desarrollo del positivismo jurídico y ha influido en numerosas teorías posteriores.

Además, Kelsen introduce el concepto de esquema de bases (Grundnorm), una norma hipotética que sirve como fundamento del sistema jurídico. A partir de esta base, se derivan todas las demás normas, creando una estructura piramidal donde cada norma depende de la superior. Este enfoque permite analizar el sistema jurídico de manera sistemática, garantizando su coherencia y predictibilidad.

¿De dónde surge el concepto de derecho positivo según Kelsen?

El concepto de derecho positivo según Kelsen surge como una respuesta a las críticas al derecho natural y a las teorías jurídicas que mezclan el derecho con la moral. Kelsen, influenciado por el positivismo filosófico, buscaba crear una teoría del derecho que fuera objetiva, sistemática y empírica. Su enfoque se basa en la idea de que el derecho es un fenómeno normativo, independiente de valores externos.

Kelsen desarrolló su teoría en el contexto de la filosofía del derecho del siglo XX, cuando surgían nuevas corrientes que buscaban entender el derecho desde un enfoque metodológico y científico. Su trabajo, especialmente su libro Teoría pura del derecho, sentó las bases para el positivismo jurídico y ha sido ampliamente estudiado y discutido en la filosofía del derecho.

El concepto de derecho positivo también se relaciona con el desarrollo de los sistemas jurídicos modernos, donde las normas se crean de manera formal y se aplican de forma sistemática. Kelsen argumenta que este sistema es necesario para garantizar la seguridad jurídica y la coherencia del derecho, especialmente en sociedades complejas y dinámicas.

El derecho positivo y su relación con el sistema normativo

El derecho positivo, según Kelsen, no es un conjunto caótico de normas, sino un sistema normativo coherente y lógico. Cada norma tiene un lugar definido dentro de la estructura, y su validez depende de su conformidad con las normas superiores. Esta relación jerárquica permite que el sistema funcione de manera predictible, lo que es esencial para la seguridad jurídica.

El sistema normativo kelseniano está diseñado para evitar contradicciones y garantizar la coherencia del derecho. Si una norma viola una norma superior, pierde su validez. Esto asegura que el sistema no se fragmente ni se contradiga a sí mismo. Por ejemplo, si una ley ordinaria contradice a la Constitución, puede ser declarada inconstitucional y, por tanto, inaplicable.

Además, el sistema normativo permite que el derecho se adapte a los cambios sociales. Aunque las normas se derivan lógicamente entre sí, su contenido puede modificarse para responder a nuevas realidades. Esta flexibilidad es crucial en un mundo en constante evolución, donde las normas deben actualizarse para reflejar los cambios en la sociedad.

¿Cómo se aplica el derecho positivo en la práctica?

En la práctica, el derecho positivo se aplica mediante la interpretación y aplicación de las normas jurídicas según su jerarquía y validez. Los jueces, los legisladores y los funcionarios públicos deben seguir el esquema de bases para garantizar que las decisiones sean coherentes con el sistema normativo. Esto implica que cada norma debe ser conforme con la norma superior, de lo contrario pierde su validez.

Un ejemplo práctico es el sistema legal de Alemania, donde la Constitución es la norma suprema. Desde allí se derivan las leyes federales, que a su vez autorizan a los reglamentos y disposiciones administrativas. En este caso, si un reglamento viola una ley federal, puede ser declarado inaplicable. Este es un claro ejemplo de cómo funciona la jerarquía normativa en el derecho positivo kelseniano.

También se pueden citar casos internacionales, como el derecho internacional público, donde los tratados internacionales tienen rango normativo y sirven como base para la creación de leyes nacionales. Aunque el derecho internacional puede ser complejo debido a su naturaleza consensual, Kelsen argumenta que sigue siendo un sistema positivo si se analiza desde su estructura normativa y no desde su justicia o eficacia.

Cómo usar el derecho positivo y ejemplos de aplicación

El derecho positivo se usa en la práctica para garantizar que las normas se apliquen de manera coherente y predictible. Para ello, se sigue el esquema de bases y se verifica que cada norma sea conforme con la superior. Esto permite que los jueces, los legisladores y los ciudadanos conozcan cuáles son sus obligaciones y derechos.

Un ejemplo práctico es la interpretación de la Constitución por parte de los tribunales constitucionales. Estos tribunales tienen la facultad de revisar las leyes y los reglamentos para asegurarse de que son conformes con la Constitución. Si una ley viola la Constitución, puede ser declarada inconstitucional y, por tanto, inaplicable.

Otro ejemplo es la aplicación de las leyes penales. Las leyes penales establecen qué actos son delictivos y cuáles son las penas aplicables. Estas leyes se derivan de normas superiores, como la Constitución o una ley orgánica. A su vez, las normas superiores se basan en el esquema de bases. Este enfoque asegura que todas las normas tengan una base lógica y coherente, evitando contradicciones y garantizando la seguridad jurídica.

Críticas y controversias al derecho positivo según Kelsen

Aunque la teoría del derecho positivo de Kelsen ha sido ampliamente influente, también ha sido objeto de numerosas críticas y controversias. Una de las más frecuentes es que ignora aspectos esenciales del derecho, como la justicia, la equidad o la moral. Para algunos críticos, esta separación es artificial y no refleja la realidad del derecho, que a menudo se mezcla con valores y juicios de justicia.

Otra crítica importante es que el esquema de bases (Grundnorm) es una construcción teórica que no tiene fundamento empírico. Algunos filósofos del derecho argumentan que esta norma hipotética no puede ser verificada ni observada, lo que la hace inaplicable en la práctica. Además, la dependencia del sistema normativo en una única base puede generar inestabilidad si esa base se cuestiona o se modifica.

A pesar de estas críticas, la teoría de Kelsen sigue siendo una de las más influyentes en la filosofía del derecho. Su enfoque normativo y sistemático ha sido adoptado por muchos sistemas jurídicos modernos, especialmente en los países con estructuras constitucionales complejas. Además, ha inspirado a numerosos filósofos y juristas que han desarrollado teorías alternativas basadas en sus principios.

El derecho positivo en la era digital y global

En la era digital y global, el derecho positivo sigue siendo relevante, pero enfrenta nuevos desafíos. La expansión del derecho internacional, el auge de los tratados globales y la digitalización de los procesos jurídicos han modificado la forma en que se aplican y se interpretan las normas. Kelsen, con su enfoque sistemático, proporciona una base sólida para analizar estos cambios, aunque también requiere adaptaciones para responder a nuevas realidades.

Por ejemplo, el derecho digital ha introducido normas sobre ciberseguridad, privacidad y propiedad intelectual en internet. Estas normas deben integrarse en el sistema positivo, siguiendo el esquema de bases y garantizando su coherencia con las normas superiores. Además, el derecho internacional, especialmente en temas como el cambio climático o los derechos humanos, también requiere un enfoque positivo que garantice su validez y aplicación uniforme.

En conclusión, el derecho positivo según Kelsen sigue siendo una herramienta fundamental para entender y analizar los sistemas jurídicos modernos. Aunque enfrenta críticas y desafíos, su enfoque normativo y sistemático ha demostrado su utilidad en la construcción de sistemas jurídicos coherentes, predictibles y adaptables a los cambios sociales y tecnológicos.