La moral es un conjunto de reglas que nos enseñan qué es lo correcto y qué no lo es al interactuar con los demás. Cuando hablamos de David Hume y su visión sobre la moral, lo que buscamos es entender qué le da valor a una acción buena o mala, pero desde una perspectiva más sencilla, como para niños. En este artículo, exploraremos cómo Hume explicaba la moral, pero de forma clara y accesible, sin usar términos complicados. Lo haremos desde su enfoque filosófico, pero adaptado a una comprensión sencilla.
¿Qué es la moral según Hume y cómo se explica para niños?
David Hume era un filósofo escocés que vivió en el siglo XVIII. Él pensaba que la moral no venía de leyes escritas por dioses o por personas, sino que nacía de nuestras emociones y sentimientos. Para Hume, cuando vemos a alguien ayudar a otro, sentimos que esa acción es buena, no porque haya una regla que lo diga, sino porque nos hace sentir bien. Por eso, la moral, según él, es algo que nace de lo que sentimos.
Imagina que ves a un niño que comparte su jugo con otro. No hay un letrero que diga comparte, pero tú sientes que es una buena acción. Eso es lo que Hume llamaba sentimiento moral. Él pensaba que nuestras emociones nos guían para saber qué es lo justo y qué no lo es. La moral, en este caso, no se basa en la razón o en las reglas, sino en lo que sentimos cuando vemos una acción.
Además, Hume tenía una idea curiosa: él creía que las acciones buenas no eran buenas porque fueran racionales, sino porque generaban empatía. Por ejemplo, si ves a un niño llorar, sientes compasión, y eso te motiva a ayudarlo. Esa compasión es lo que, según Hume, nos hace considerar una acción como moral.
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Cómo entender la visión de Hume sobre la moral sin mencionar directamente la palabra clave
Hume tenía una manera muy particular de ver el mundo. Él creía que lo que nos mueve a actuar no es la lógica, sino los sentimientos. Para él, lo que nos hace sentir bien o mal ante una acción es lo que define si esa acción es buena o mala. Esto es especialmente interesante si lo comparamos con otros filósofos que creían que la moral venía de leyes o reglas escritas, como si fueran mandamientos.
Por ejemplo, si un niño roba un juguete a otro, no lo hace por lógica, sino porque en ese momento siente que necesita el juguete. Pero cuando los demás ven esto, sienten enojo o compasión por la víctima, lo que los hace juzgar la acción como mala. Hume decía que estos juicios morales no vienen de pensar mucho, sino de sentir lo que es justo o injusto.
Esta visión de Hume es muy útil para entender que no siempre actuamos por lo que es correcto según una regla, sino por lo que sentimos que es correcto. Y eso es algo muy humano. Nuestras emociones, como la compasión o la empatía, son lo que nos hacen sentir que una acción es buena o mala.
La importancia del sentimiento moral en la sociedad
Hume también pensaba que la moral no solo es algo personal, sino que también sirve para que las personas se lleven bien entre sí. Cuando actuamos con empatía, ayudamos a que el mundo sea un lugar más amable. Si todos actuáramos solo por reglas, sin sentir lo que los demás sienten, no habría amistad ni cooperación. La moral, según Hume, es una herramienta para que la sociedad funcione con armonía.
Por ejemplo, cuando ves a alguien en dificultad, tu sentimiento de compasión te motiva a ayudarle. Ese sentimiento es lo que Hume llamaba la base de la moral. No necesitas una regla que te diga ayuda a los demás, sino que lo haces porque te hace sentir bien y porque ves que a la otra persona le hace bien también. Eso es lo que mantiene a las sociedades unidas.
Ejemplos sencillos para entender la moral según Hume
Para entender mejor la visión de Hume sobre la moral, podemos usar ejemplos cotidianos que los niños puedan comprender:
- Ejemplo 1: Un niño comparte su dulce con otro. No hay una regla que lo obligue, pero él siente que es lo correcto hacerlo. Quiere ver a su amigo feliz y eso le hace sentir bien a él también.
- Ejemplo 2: Un niño ayuda a otro a levantarse después de caerse. No hay un premio ni una regla que lo motive, pero siente empatía y actúa por compasión.
- Ejemplo 3: Un niño se enoja cuando ve que un amigo está siendo injusto. Ese enojo es una señal de que algo está mal, según Hume.
Estos ejemplos muestran cómo los sentimientos, como la compasión, el enojo o la alegría, son lo que nos guían en nuestras decisiones morales. No necesitamos pensar en reglas complicadas, solo seguir lo que sentimos.
El concepto de la moral como un sentimiento social
Hume no solo hablaba de la moral como algo individual, sino también como una forma de conexión social. Él creía que el ser humano es un animal social, y que nuestra capacidad de sentir empatía con los demás es lo que nos permite vivir juntos en armonía. La moral, para Hume, es una herramienta para mantener esa armonía.
Por ejemplo, cuando vemos a alguien sufrir, sentimos un impulso natural de ayudarlo. Ese impulso no viene de una regla, sino de una emoción. Y es esa emoción lo que nos hace juzgar la acción de ayudar como buena. Así, la moral no solo es una cuestión personal, sino también una cuestión social, que nos ayuda a vivir en comunidad.
Este punto es importante porque nos enseña que no somos seres racionales que actuamos por lo que es lógico, sino seres emocionales que actuamos por lo que sienten. Y esas emociones son lo que nos enseñan qué es lo justo y lo injusto.
5 ejemplos de moral según Hume para entender mejor
Aquí tienes cinco ejemplos claros de cómo la moral según Hume puede aplicarse en la vida real:
- Un niño que perdona a otro que lo ofendió porque siente que es lo correcto hacerlo, no porque haya una regla que lo obligue.
- Una persona que dona a caridad no porque tenga que hacerlo, sino porque le hace sentir bien ayudar a otros.
- Un adulto que defiende a un compañero en el trabajo porque siente que es injusto lo que está pasando.
- Un niño que se disculpa por ser grosero porque siente culpa y quiere arreglar la situación.
- Una persona que cuida de un anciano no por obligación, sino porque siente compasión y quiere hacerlo.
Estos ejemplos muestran que la moral, según Hume, no se basa en leyes ni en razonamientos complejos, sino en sentimientos como la compasión, la culpa o el orgullo.
Cómo la moral según Hume afecta nuestro comportamiento
La visión de Hume sobre la moral tiene un impacto directo en cómo nos comportamos. Él decía que nuestras acciones no se basan en lo que pensamos, sino en lo que sentimos. Esto quiere decir que no actuamos por lo que es lógico, sino por lo que nos hace sentir bien.
Por ejemplo, si un niño ve a otro llorar, no se pone a pensar si es lo correcto ayudarlo, sino que siente compasión y actúa. Ese impulso es lo que Hume consideraba la base de la moral. De hecho, él creía que sin empatía, no podríamos vivir en sociedad.
Otro punto importante es que Hume no creía que la moral viniera de dioses o de leyes, sino que era algo natural que teníamos como seres humanos. Por eso, cuando vemos a alguien hacer algo malo, sentimos enojo o rechazo. Y cuando vemos a alguien hacer algo bueno, sentimos admiración o alegría. Esos sentimientos son lo que nos guían en nuestras decisiones morales.
¿Para qué sirve entender la moral según Hume?
Entender la moral desde la perspectiva de Hume nos permite ver que no siempre actuamos por reglas escritas, sino por sentimientos. Esto puede ayudarnos a comprender mejor por qué hacemos lo que hacemos. Por ejemplo, si un niño no comparte su juguete, no es porque no sepa que es lo correcto, sino porque en ese momento no siente la empatía necesaria para hacerlo.
Además, esta visión nos ayuda a enseñar a los niños que la moral no se trata de seguir órdenes, sino de sentir lo que es justo. Si un niño entiende que ayudar a otro le hace sentir bien, es más probable que lo haga sin necesidad de que le digan que lo haga. Y si siente que algo es injusto, se sentirá motivado a cambiarlo.
Variaciones sobre la moral según Hume
Hume también tenía ideas interesantes sobre cómo se relaciona la moral con otras emociones. Por ejemplo, él creía que la culpa y el remordimiento eran parte importante de la moral. Cuando hacemos algo malo, sentimos culpa, y eso nos motiva a arreglar las cosas. Ese sentimiento es lo que nos enseña qué es lo correcto y lo incorrecto.
También pensaba que la admiración era una emoción moral importante. Cuando vemos a alguien hacer algo valiente o bueno, lo admiramos, y eso nos motiva a actuar de manera similar. Así, la moral según Hume no solo se basa en lo que sentimos, sino en cómo nos sentimos al ver a otros actuar de cierta manera.
La relación entre la moral y las emociones según Hume
Hume no creía que la moral fuera algo racional, sino emocional. Él decía que no somos capaces de sentir una regla, sino que sentimos los efectos de una acción. Por ejemplo, si vemos a alguien que ayuda a otro, sentimos admiración. Si vemos a alguien que lastima a otro, sentimos enojo. Ese es el juicio moral según Hume.
Esta visión es muy útil para enseñar a los niños que no necesitamos entender conceptos complejos para saber qué es lo correcto. Lo que tenemos que hacer es sentir empatía y actuar según lo que sentimos. Si un niño siente que algo está mal, no necesita que le expliquen por qué: ya lo siente.
El significado de la moral según Hume para niños
Para los niños, entender la moral según Hume puede ser muy sencillo. No se trata de memorizar reglas ni de seguir órdenes, sino de sentir lo que es justo. Por ejemplo, si un niño siente que compartir es lo correcto, lo hará sin necesidad de que se lo digan. Si siente que robar es malo, no lo hará.
Hume nos enseña que nuestras emociones nos guían. Cuando sentimos compasión, ayudamos. Cuando sentimos enojo, juzgamos. Y cuando sentimos admiración, queremos imitar. Así que, para los niños, entender la moral según Hume es entender que lo que sienten es lo que los guía a actuar de una manera u otra.
¿De dónde viene el concepto de la moral según Hume?
El concepto de la moral según Hume no nació de la nada. Él fue influenciado por otros filósofos de su tiempo, pero también por sus propias observaciones sobre el comportamiento humano. Hume creía que la moral no se basaba en la religión ni en la razón, sino en las emociones. Esta visión era bastante revolucionaria para su época, donde se creía que la moral venía de dioses o de leyes escritas.
Hume también escribió libros como *Tratado sobre la naturaleza humana* y *Investigación sobre la comprensión humana*, donde desarrolló sus ideas sobre la moral. En ellos, explicaba que no necesitamos reglas complicadas para saber qué es lo correcto, sino que lo que necesitamos es sentir empatía y compasión.
Variaciones sobre la visión moral de Hume
Hume tenía una visión muy específica sobre la moral, pero también reconocía que no todos los seres humanos sienten lo mismo. Por eso, él no creía que existiera una única moral universal, sino que las emociones podían variar según la cultura, la educación o la experiencia. Esto significa que, aunque Hume creía que la moral venía de las emociones, también entendía que esas emociones podían cambiar.
Por ejemplo, en algunas culturas, compartir es una norma muy importante. En otras, la individualidad es más valorada. Según Hume, esto no significa que una cultura sea más moral que otra, sino que las emociones que guían a cada cultura son diferentes. Eso es lo que lo hace interesante: su visión no es rígida, sino flexible.
¿Cómo podemos aplicar la moral según Hume en la vida cotidiana?
Aplicar la moral según Hume en la vida cotidiana es más sencillo de lo que parece. Lo que tenemos que hacer es prestar atención a lo que sentimos. Si vemos que una acción nos hace sentir bien, probablemente sea buena. Si nos hace sentir mal, probablemente sea mala. Esto funciona tanto para niños como para adultos.
Por ejemplo, si un niño siente que compartir su juguete es lo correcto, lo hará. Si siente que robar es malo, no lo hará. Y si siente que ayudar a un amigo es lo correcto, lo hará sin necesidad de que se lo digan. Así que, en lugar de seguir reglas, lo que tenemos que hacer es seguir nuestros sentimientos.
Cómo usar la moral según Hume y ejemplos prácticos
La moral según Hume puede aplicarse en situaciones cotidianas con mucha facilidad. Aquí tienes algunos ejemplos prácticos:
- Cuando un niño se disculpa por hacer daño a otro. No es porque tenga que hacerlo, sino porque siente culpa y quiere arreglar las cosas.
- Cuando alguien ayuda a otro en una emergencia. No es porque haya una ley que lo obligue, sino porque siente compasión.
- Cuando un adulto elogia a otro por hacer algo bueno. Ese elogio es una forma de expresar admiración, que es una emoción moral según Hume.
Estos ejemplos muestran que no necesitamos entender conceptos complejos para actuar de manera moral. Solo necesitamos prestar atención a lo que sentimos.
El papel del filósofo en la explicación de la moral
Los filósofos como Hume tienen un papel importante en ayudarnos a entender el mundo. No solo nos dan ideas, sino que nos enseñan a pensar de una manera más profunda. En el caso de Hume, él nos enseñó que no necesitamos reglas complicadas para saber qué es lo correcto, sino que lo que necesitamos es sentir empatía.
Además, Hume nos enseñó que la moral no es algo fijo, sino que puede cambiar según las emociones. Esto es importante porque nos permite entender que no hay una única manera de ser moral. Lo que es moral en una cultura puede no serlo en otra, y eso es algo que hay que respetar.
La importancia de enseñar la moral desde lo emocional
Enseñar la moral desde el punto de vista emocional, como lo propuso Hume, es una forma muy efectiva de enseñar a los niños. No se trata de darles una lista de reglas, sino de ayudarles a desarrollar empatía y compasión. Cuando un niño entiende que ayudar a otro le hace sentir bien, es más probable que lo haga.
Además, este enfoque permite que los niños sean más auténticos. No actúan por miedo a una regla, sino por sentir que es lo correcto. Eso los hace más libres y responsables. Y eso es algo que cualquier padre o educador quiere para los niños.
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