Que es el saber comun y saber cientifico

Que es el saber comun y saber cientifico

En el ámbito del conocimiento, es fundamental diferenciar entre lo que se conoce como *saber común* y *saber científico*. Ambos representan formas distintas de entender el mundo, basadas en diferentes metodologías y enfoques. Mientras que el saber común se desarrolla a partir de la experiencia cotidiana y la transmisión oral, el saber científico se construye mediante métodos sistemáticos, validación empírica y rigurosidad académica. En este artículo exploraremos en profundidad estas dos formas de conocimiento, sus diferencias, similitudes y cómo se relacionan entre sí.

¿Qué es el saber común y el saber científico?

El *saber común* es aquel conocimiento que se transmite de forma espontánea en la sociedad, a través de la observación, la experiencia personal y la interacción social. No requiere de formación académica ni validación científica, y a menudo se basa en creencias, costumbres y tradiciones. Por otro lado, el *saber científico* es un tipo de conocimiento que se genera mediante la investigación, el análisis y la experimentación rigurosa. Este se basa en principios lógicos, métodos comprobables y una estructura teórica sólida.

Un ejemplo de saber común podría ser la idea popular de que el frío da gripe, una creencia que muchas personas asocian con su experiencia diaria, aunque desde la ciencia se sepa que el virus de la gripe es el responsable, no la temperatura. Por el contrario, un ejemplo de saber científico sería la teoría de la relatividad de Einstein, que se ha demostrado a través de experimentos y observaciones en múltiples contextos.

Diferencias entre el conocimiento cotidiano y el conocimiento académico

La principal diferencia entre el saber común y el saber científico radica en su metodología de construcción. Mientras que el primero surge de la observación informal y la experiencia vivida, el segundo se construye a través de un proceso estructurado que incluye hipótesis, experimentación, análisis de datos y publicación en revistas especializadas. El saber común también puede ser inestable, ya que depende de la percepción subjetiva, mientras que el saber científico busca ser objetivo, replicable y verificable.

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Además, el saber común no se somete a revisiones constantes ni a pruebas rigurosas, a diferencia del saber científico, que se somete a revisión por pares y se actualiza constantemente. Por ejemplo, en medicina, el saber común puede sugerir que beber agua caliente con limón en la mañana es saludable, mientras que el saber científico evalúa esta afirmación a través de estudios controlados que miden los efectos en salud a largo plazo.

La relación entre el saber común y el saber científico

Aunque parecen opuestos, el saber común y el saber científico pueden complementarse. Muchas veces, el saber común actúa como una base intuitiva que puede llevar al desarrollo de preguntas científicas. Por ejemplo, la observación común de que el sol sale por el este y se pone por el oeste llevó a preguntas más profundas sobre la rotación de la Tierra, que finalmente se respondieron con métodos científicos. Por otro lado, el saber científico también puede influir en el saber común, cuando se divulgan descubrimientos científicos y estos se convierten en parte del conocimiento popular.

Ejemplos de saber común y saber científico en la vida diaria

Para comprender mejor estos conceptos, aquí tienes algunos ejemplos claros:

  • Saber común: El estrés afecta la salud mental, una idea que muchas personas comparten basándose en sus propias experiencias o en consejos familiares.
  • Saber científico: La neurociencia ha demostrado que el estrés crónico puede alterar la estructura del cerebro, afectando áreas como la amígdala y el hipocampo, lo cual se ha comprobado a través de estudios con imágenes cerebrales.

Otro ejemplo es el uso de remedios caseros como el consumo de miel para la tos, que es un saber común. Sin embargo, estudios científicos han analizado la eficacia de la miel comparada con medicamentos convencionales, concluyendo que en algunos casos puede ser tan efectiva o incluso más segura.

El concepto de conocimiento en la filosofía del saber

Desde una perspectiva filosófica, el debate entre el saber común y el saber científico se enmarca dentro de la epistemología, la rama de la filosofía que estudia la naturaleza del conocimiento. Filósofos como Aristóteles, Descartes y Popper han aportado diferentes enfoques sobre cómo adquirimos y validamos el conocimiento.

Aristóteles, por ejemplo, consideraba que el conocimiento empírico (basado en la experiencia) era fundamental, lo que podría alinearse con el saber común. En cambio, Descartes defendía el método racionalista, que se acerca más al saber científico. Por su parte, Karl Popper introdujo el concepto de falsabilidad, un criterio clave para distinguir entre ciencia y pseudociencia, lo que reforzó la idea de que el saber científico debe ser verificable y susceptible de prueba.

Una recopilación de casos donde el saber común se confunde con el científico

A menudo, el saber común se toma como cierto sin cuestionar su base científica. A continuación, te presentamos algunos casos en los que esto sucede:

  • La luna llena afecta el comportamiento humano – Un saber común ampliamente creído, pero que no tiene fundamento científico sólido.
  • Las vacunas causan autismo – Un mito que se originó en un estudio fraudulento, pero que ha persistido en el saber común, a pesar de que la ciencia lo ha desmentido.
  • El desayunar es la comida más importante del día – Una afirmación que se repite en el saber común, aunque estudios científicos muestran que su importancia varía según el individuo.

El papel del conocimiento en la toma de decisiones

El saber común y el saber científico desempeñan roles distintos en la toma de decisiones. En contextos personales, como elegir qué ropa usar según el clima, se recurre al saber común. En situaciones más complejas, como diagnosticar una enfermedad o desarrollar políticas públicas, se necesita el saber científico para garantizar que las decisiones estén basadas en evidencia.

Por ejemplo, durante una pandemia, las decisiones sobre el uso de mascarillas se basan en estudios científicos que evalúan su eficacia, mientras que el saber común puede sugerir que las mascarillas no son necesarias si uno se siente saludable. La combinación de ambos tipos de conocimiento permite una toma de decisiones más equilibrada.

¿Para qué sirve diferenciar entre saber común y científico?

Diferenciar entre saber común y científico es útil para evitar caer en creencias no comprobadas y para tomar decisiones informadas. En el ámbito educativo, esto ayuda a enseñar a los estudiantes a pensar críticamente y a valorar la evidencia. En el ámbito profesional, es clave para evitar errores costosos basados en mitos o tradiciones no respaldadas.

Por ejemplo, en la agricultura, el saber común puede sugerir que ciertos cultivos deben plantarse en ciertas fechas según rituales antiguos, pero el saber científico puede proponer métodos basados en estudios de clima, suelo y ciclos biológicos, lo que resulta en mayores rendimientos y sostenibilidad.

Variantes del saber: entre lo popular y lo académico

Otras formas de clasificar el conocimiento incluyen el saber técnico, el saber empírico, el saber práctico y el saber teórico. El saber técnico se relaciona con habilidades específicas, como la mecánica o la programación. El saber empírico se basa en la observación directa, similar al saber común, pero a menudo se registra y se analiza. El saber práctico es el que se aplica directamente en situaciones concretas, mientras que el saber teórico busca explicar fenómenos de manera abstracta.

Todas estas categorías se superponen en cierta medida con el saber común y el científico, y juntas forman un espectro más amplio del conocimiento humano.

El saber como herramienta social y cultural

El saber común no solo es una herramienta para entender el mundo, sino también un elemento clave en la construcción de la identidad cultural. Las tradiciones, creencias y costumbres son formas de saber común que se transmiten de generación en generación. Por ejemplo, en muchas culturas, el uso de hierbas medicinales se basa en el saber común, aunque algunas de estas prácticas han sido estudiadas por la ciencia y validadas.

Por otro lado, el saber científico también tiene un impacto cultural, ya que su difusión puede transformar percepciones y comportamientos sociales. Un ejemplo es la aceptación de la teoría de la evolución, que ha influido en cómo las personas entienden la vida y su origen.

El significado de los términos: ¿qué significa saber común y saber científico?

El término *saber común* se refiere al conocimiento que se adquiere de manera informal, sin necesidad de formación académica. Es el tipo de conocimiento que todo individuo posee en cierta medida, basado en su experiencia personal y en la información que recibe de su entorno. No está estructurado ni validado, pero puede ser muy útil en situaciones cotidianas.

Por su parte, el *saber científico* es el conocimiento que se obtiene mediante métodos sistemáticos, validados y replicables. Este tipo de conocimiento se basa en la observación, la experimentación, el análisis y la comunicación de resultados. Para ser considerado científico, el conocimiento debe ser sometido a revisión por expertos y estar disponible para que otros lo puedan replicar y verificar.

¿De dónde proviene la idea de saber común y saber científico?

El concepto de saber común tiene raíces en la filosofía antigua, donde se distinguía entre el conocimiento que todo ciudadano poseía y el que era desarrollado por filósofos o científicos. En el siglo XIX, con el auge de la ciencia moderna, surgió la necesidad de formalizar los métodos de investigación, lo que llevó a la distinción más clara entre lo que se consideraba conocimiento popular y conocimiento científico.

La palabra saber proviene del latín *scire*, que significa conocer o entender. A lo largo de la historia, el saber ha evolucionado desde una concepción más mística y filosófica hacia una más empírica y experimental, lo que ha dado lugar a los conceptos que conocemos hoy.

Variantes y sinónimos de los términos saber común y saber científico

Otros términos que se usan para referirse al saber común incluyen *conocimiento popular*, *conocimiento tradicional*, *conocimiento informal* y *conocimiento empírico*. Estos términos se usan en contextos como la antropología, la educación y la sociología.

En cuanto al saber científico, se le puede llamar *conocimiento académico*, *conocimiento especializado*, *conocimiento técnico* o *conocimiento basado en evidencia*. Estos términos son más comunes en contextos científicos, universitarios y de investigación.

¿Cuál es la importancia de reconocer estos tipos de conocimiento?

Reconocer la diferencia entre el saber común y el saber científico es clave para evitar errores, tomar decisiones informadas y fomentar una educación crítica. En un mundo donde la información está disponible en abundancia, saber qué tipo de conocimiento se está utilizando y qué nivel de validez tiene es fundamental para no caer en desinformación o en mitos.

Por ejemplo, en la salud pública, entender que ciertos remedios caseros no tienen base científica puede evitar que personas se nieguen a seguir tratamientos médicos efectivos. Por otro lado, valorar el saber común también puede ayudar a preservar tradiciones útiles y adaptarse a contextos específicos.

Cómo usar los términos saber común y saber científico en contextos reales

Los términos saber común y saber científico se usan en múltiples contextos, desde la educación hasta la política y la salud. Aquí tienes algunos ejemplos de uso:

  • Educación: En la clase de ciencias, se discutió la diferencia entre el saber común y el saber científico para enseñar a los estudiantes a pensar críticamente.
  • Salud: El médico explicó que el saber común sugiere que el estrés causa úlceras, pero el saber científico revela que hay otros factores involucrados.
  • Política: El gobierno utilizó el saber científico para diseñar políticas públicas, en lugar de basarse en el saber común.

El papel del saber común en la ciencia

Aunque el saber común puede no ser científico en sentido estricto, a menudo sirve como punto de partida para la investigación científica. Muchas teorías y descubrimientos han surgido de observaciones cotidianas o preguntas planteadas por personas sin formación académica. Por ejemplo, la observación de que ciertos animales evitan el veneno de una planta puede llevar a investigaciones sobre su composición y usos médicos.

También, en ciencias como la etnobotánica o la antropología, el saber común de comunidades indígenas se valora como una fuente de conocimiento valioso que complementa los estudios científicos.

El futuro del conocimiento: integrando lo común y lo científico

En el futuro, la integración entre el saber común y el saber científico podría ser clave para abordar desafíos globales como el cambio climático, la salud pública y la sostenibilidad. La ciencia necesita de la perspectiva del pueblo, y el pueblo necesita de la ciencia para avanzar de manera segura y responsable.

Por ejemplo, en proyectos de agricultura sostenible, se combinan técnicas tradicionales con innovaciones científicas para obtener mejores resultados. Esta sinergia no solo permite resolver problemas prácticos, sino también fortalecer la confianza entre la comunidad científica y el público.