Qué es la voz pasiva y el modo impersonal

Qué es la voz pasiva y el modo impersonal

La comunicación escrita y hablada está llena de matices que pueden cambiar el enfoque, la responsabilidad o incluso la claridad de un mensaje. Dos de esos matices son el uso de la voz pasiva y el modo impersonal, herramientas gramaticales que permiten transmitir información desde una perspectiva distinta. Si bien ambas se emplean para evitar destacar al sujeto de la oración, tienen diferencias sutiles que es fundamental comprender. En este artículo exploraremos en profundidad qué son estos recursos lingüísticos, cómo se forman, cuándo se utilizan y qué impacto tienen en el lenguaje escrito y hablado.

¿Qué es la voz pasiva y el modo impersonal?

La voz pasiva es un mecanismo gramatical que se utiliza para darle protagonismo al complemento de la oración, es decir, al objeto sobre el cual se realiza la acción. En lugar de decir El cocinero preparó el plato, con voz pasiva se diría El plato fue preparado por el cocinero. Este tipo de construcción es especialmente útil cuando el sujeto que ejecuta la acción no es relevante o cuando se desconoce.

Por otro lado, el modo impersonal se usa para expresar acciones que no están ligadas a un sujeto específico. Se caracteriza por la ausencia del sujeto y se forma con el verbo en tercera persona del singular seguido de un infinitivo. Un ejemplo clásico es Se habla español en Argentina, donde el sujeto queda implícito y no se menciona. Este modo se emplea con frecuencia en anuncios, letreros y enunciados generales.

Un dato interesante es que el uso de la voz pasiva y el modo impersonal se remonta a la antigua lengua griega y latina, donde ya se empleaban para dar un tono más formal o universal a los textos. En el latín, por ejemplo, frases como Res gestae sunt (las cosas han sido hechas) eran comunes en textos oficiales o históricos.

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Además, el uso de estas construcciones no solo afecta la gramática, sino también el estilo y la percepción del mensaje. En textos técnicos o científicos, la voz pasiva es frecuente para mantener un tono objetivo. En cambio, el modo impersonal se presta muy bien para enunciados universales o anuncios públicos.

Cómo se diferencian estos recursos gramaticales

Una de las principales diferencias entre la voz pasiva y el modo impersonal es que en la primera el sujeto se menciona explícitamente (aunque no es el sujeto activo), mientras que en el segundo el sujeto se omite por completo. En la voz pasiva, se incluye la preposición por seguida del sujeto que ejecuta la acción, como en La carta fue escrita por mi madre. En cambio, en el modo impersonal, no hay sujeto que se pueda identificar, como en Se permite el acceso con mascarillas.

Otra diferencia importante es el uso del verbo. En la voz pasiva, el verbo principal se conjuga en tercera persona del plural en presente o en tercera persona del singular en pretérito perfecto, seguido del participio del verbo. En el modo impersonal, el verbo se conjuga en tercera persona del singular del presente y se le añade el infinitivo, como en Se recomienda no fumar en el interior.

Estas diferencias gramaticales reflejan distintas intenciones comunicativas. Mientras que la voz pasiva puede usarse para dar un enfoque más objetivo o para resaltar el objeto de la oración, el modo impersonal se emplea para enunciar hechos generales o para evitar la atribución directa de una acción a un sujeto.

Cuándo se usan estos recursos en el lenguaje cotidiano

En el lenguaje cotidiano, tanto la voz pasiva como el modo impersonal se usan con frecuencia sin que la mayoría de las personas se den cuenta. Por ejemplo, en anuncios publicitarios o en instrucciones de uso, se suele recurrir al modo impersonal para hacer más genérico el mensaje. Frases como Se prohibe el ingreso de menores o Se permite el acceso a partir de las 10 AM son comunes en señalización.

Por su parte, la voz pasiva es muy útil en contextos donde se quiere evitar destacar al sujeto, especialmente en situaciones de responsabilidad o cuando el sujeto es obvio o desconocido. En reportes oficiales, artículos científicos o documentos formales, es habitual encontrar oraciones como El experimento fue realizado con éxito o El documento fue aprobado por el comité.

Además, en la narrativa literaria también se emplea la voz pasiva para crear un tono más distante o para enfatizar ciertos elementos de la historia. Por ejemplo, en novelas históricas, es común encontrar frases como La batalla fue ganada por el ejército del norte, lo que ayuda a mantener un tono más objetivo y descriptivo.

Ejemplos de uso de la voz pasiva y el modo impersonal

Para comprender mejor estos recursos, veamos algunos ejemplos prácticos:

Voz pasiva:

  • Original: El equipo instaló el nuevo software.
  • Voz pasiva: El nuevo software fue instalado por el equipo.
  • Original: El candidato ganó la elección.
  • Voz pasiva: La elección fue ganada por el candidato.

Modo impersonal:

  • Se permite el acceso a los menores de edad.
  • Se recomienda no exponerse al sol durante las horas pico.
  • Se prohibe el consumo de alimentos en el interior del museo.

Estos ejemplos muestran cómo ambos recursos se utilizan para cambiar el enfoque de la oración. Mientras que en la voz pasiva el objeto pasa a primer plano, en el modo impersonal se omite por completo el sujeto, lo que aporta una sensación de generalidad y universalidad al mensaje.

El impacto semántico y estilístico de estos recursos

El uso de la voz pasiva y el modo impersonal no solo tiene un impacto gramatical, sino también semántico y estilístico. Estos recursos pueden influir en la percepción del mensaje, en la responsabilidad atribuida a una acción y en el tono general de la comunicación.

Por ejemplo, en un contexto legal o judicial, la voz pasiva puede usarse para evitar señalar directamente a una persona o entidad como responsable de un hecho. En cambio, en un contexto académico o científico, se emplea para mantener un tono más objetivo y desinteresado.

El modo impersonal, por su parte, es ideal para enunciados universales o para comunicar reglas, normas o condiciones sin atribuirles a un sujeto específico. Esto le da un aire más neutral y objetivo, lo que lo hace especialmente útil en anuncios, normativas, y enunciados generales.

En ambos casos, el uso de estos recursos permite al hablante o escritor modular el mensaje según el contexto, el destinatario y la intención comunicativa, logrando una mayor precisión y adaptabilidad en la expresión.

Una recopilación de frases comunes con voz pasiva y modo impersonal

A continuación, presentamos una lista de frases que ilustran el uso frecuente de estos recursos gramaticales:

Frases con voz pasiva:

  • El informe fue presentado ante el consejo.
  • La nueva política fue aprobada por el gobierno.
  • La obra fue pintada por un artista desconocido.
  • El examen fue suspendido por falta de asistentes.

Frases con modo impersonal:

  • Se permite el acceso a partir de las 9 AM.
  • Se prohíbe el uso de teléfonos móviles en esta zona.
  • Se recomienda llevar calzado cómodo.
  • Se vende con todos los accesorios incluidos.

Estas frases reflejan cómo ambos recursos se emplean en contextos formales, comerciales y cotidianos, adaptándose a las necesidades de la comunicación según el propósito del mensaje.

El papel de estos recursos en la comunicación formal

La comunicación formal, ya sea en documentos oficiales, artículos académicos o informes técnicos, se caracteriza por su tono objetivo, preciso y estructurado. En este tipo de contextos, tanto la voz pasiva como el modo impersonal juegan un papel fundamental para mantener un tono neutral y profesional.

La voz pasiva es especialmente útil en textos donde se quiere evitar el uso de pronombres personales como yo o nosotros, lo cual aporta una sensación de imparcialidad y objetividad. Por ejemplo, en un informe científico, es común encontrar frases como El experimento fue realizado con éxito, lo que ayuda a mantener un tono científico y desinteresado.

Por su parte, el modo impersonal se usa con frecuencia en normativas, anuncios oficiales o instrucciones, donde no es necesario atribuir la acción a un sujeto específico. Esto no solo aporta claridad al mensaje, sino que también facilita la comprensión del lector al no tener que identificar quién está realizando la acción.

¿Para qué sirve la voz pasiva y el modo impersonal?

Estos recursos gramaticales sirven para varias funciones comunicativas. En primer lugar, permiten enfatizar el objeto o el resultado de una acción, en lugar del sujeto que la realiza. Esto es especialmente útil en contextos donde el sujeto no es relevante o se quiere evitar mencionarlo.

En segundo lugar, ayudan a mantener un tono objetivo y neutral, lo cual es esencial en textos formales, científicos o legales. Tercero, facilitan la comunicación de normas, reglas o condiciones sin atribuir responsabilidad a un sujeto concreto, lo que es ideal en señalización o anuncios públicos.

Por último, ambos recursos permiten adaptar el mensaje según el contexto, el destinatario y la intención comunicativa, lo que aumenta la flexibilidad y la capacidad expresiva del lenguaje.

Alternativas gramaticales: voz activa y voz impersonal

Como contraste a la voz pasiva y el modo impersonal, se encuentran la voz activa y la voz impersonal. La voz activa es la forma más directa de expresar una oración, donde el sujeto realiza la acción y el complemento la recibe. Por ejemplo: El estudiante escribió el informe.

La voz impersonal, por otro lado, es similar al modo impersonal, pero se forma con el verbo en tercera persona del singular seguido del infinitivo, y se usa para expresar acciones que no tienen un sujeto concreto. Un ejemplo es Se puede pagar en efectivo o con tarjeta.

Mientras que la voz pasiva y el modo impersonal son herramientas para cambiar el enfoque o para mantener un tono neutral, la voz activa y la voz impersonal son más directas y se usan cuando se quiere destacar al sujeto o cuando no se necesita atribuir una acción a alguien en particular.

El uso de estos recursos en la educación y el periodismo

En la educación, tanto la voz pasiva como el modo impersonal son enseñados como parte de la gramática básica. Los estudiantes aprenden a identificar, formar y utilizar estos recursos para mejorar su capacidad expresiva y para comprender mejor los textos que leen. En la enseñanza de la lengua, se les enseña que estos recursos son útiles para evitar repeticiones, para cambiar el enfoque de una oración o para mantener un tono más formal.

En el periodismo, estos recursos son fundamentales para mantener un tono objetivo y neutral. En reportajes informativos, es común encontrar frases como El incidente fue investigado por la policía o Se informa que el gobierno anunció nuevas medidas. Estas construcciones permiten presentar los hechos sin dar un enfoque subjetivo o sin atribuir directamente la acción a un sujeto.

El significado de la voz pasiva y el modo impersonal en el lenguaje

La voz pasiva es una herramienta gramatical que permite cambiar el enfoque de la oración, destacando el objeto sobre el sujeto. Se utiliza cuando se quiere evitar mencionar al sujeto, cuando este no es relevante o cuando se desconoce. Su formación implica el uso del verbo en tercera persona del plural en presente o en tercera persona del singular en pretérito perfecto, seguido del participio del verbo.

Por ejemplo:

  • Presente: La carta fue escrita por mi madre.
  • Pretérito perfecto: El informe ha sido aprobado por el comité.

El modo impersonal, por su parte, se caracteriza por la ausencia del sujeto y se forma con el verbo en tercera persona del singular seguido del infinitivo. Se usa para expresar hechos generales, normas o condiciones. Por ejemplo:

  • Se permite el acceso con mascarillas.
  • Se vende con garantía de un año.

Ambos recursos son esenciales para una comunicación clara, precisa y adaptable a diferentes contextos.

¿De dónde provienen estos recursos gramaticales?

La voz pasiva tiene sus raíces en la gramática clásica, tanto griega como latina. En estos idiomas antiguos, la voz pasiva se usaba para destacar el objeto de la oración o para evitar mencionar al sujeto. Con el tiempo, este uso se ha mantenido en las lenguas modernas, adaptándose a las necesidades de la comunicación.

El modo impersonal, por su parte, se originó en el latín y se desarrolló especialmente en el español como una forma de expresar hechos universales o anuncios públicos. En la Edad Media, con la expansión de la lengua española, este recurso se volvió común en textos legales, religiosos y comerciales.

A lo largo de la historia, ambos recursos han evolucionado para adaptarse a las distintas funciones del lenguaje, desde la comunicación formal hasta la cotidiana, pasando por la literatura y el periodismo.

Otras formas de expresar lo mismo sin usar estos recursos

Cuando no se desea utilizar la voz pasiva o el modo impersonal, existen otras estrategias para expresar lo mismo de manera diferente. Por ejemplo:

  • En lugar de La carta fue escrita por mi madre, se puede decir Mi madre escribió la carta.
  • En lugar de Se permite el acceso con mascarillas, se puede decir Usted puede acceder con mascarilla o Se autoriza el acceso con mascarillas.

Estas alternativas pueden cambiar el tono y el enfoque del mensaje, pero mantienen la información esencial. En contextos informales o conversacionales, se prefiere usar la voz activa para mayor claridad y naturalidad.

¿Cómo se forman la voz pasiva y el modo impersonal en el español?

La formación de la voz pasiva en español implica el uso del verbo ser en tercera persona del plural en presente (son) o en tercera persona del singular en pretérito perfecto (ha sido), seguido del participio del verbo principal. Por ejemplo:

  • Presente: El libro es leído por los estudiantes.
  • Pretérito perfecto: El libro ha sido leído por los estudiantes.

Por otro lado, el modo impersonal se forma con el verbo en tercera persona del singular seguido del infinitivo. No hay sujeto explícito. Ejemplos:

  • Se permite el acceso con mascarillas.
  • Se vende con garantía de un año.

Ambas construcciones son muy útiles en contextos formales y en mensajes públicos para mantener un tono neutral y objetivo.

Cómo usar la voz pasiva y el modo impersonal en la escritura

Para utilizar correctamente la voz pasiva, es importante identificar cuándo el objeto de la oración es más relevante que el sujeto. Por ejemplo, en un informe técnico, es más útil decir El experimento fue realizado con éxito que Nosotros realizamos el experimento con éxito, ya que el enfoque está en el resultado, no en quién lo hizo.

En cuanto al modo impersonal, se usa con frecuencia en anuncios, normativas y mensajes públicos. Es ideal para expresar condiciones, prohibiciones o recomendaciones sin atribuir la acción a un sujeto concreto. Por ejemplo, Se prohíbe el uso de teléfonos móviles en esta zona es una forma efectiva de comunicar una norma sin necesidad de mencionar quién la impone.

Ambas estructuras son herramientas valiosas para cualquier escritor que desee transmitir un mensaje claro, preciso y adaptado al contexto.

Errores comunes al usar la voz pasiva y el modo impersonal

Uno de los errores más comunes al usar la voz pasiva es olvidar incluir el verbo ser o colocarlo en la forma incorrecta. Por ejemplo, decir El informe fue aprobado por el comité es correcto, pero El informe fue aprobado el comité es incorrecto porque falta la preposición por.

Otro error es confundir el modo impersonal con la voz pasiva. Por ejemplo, Se prohibió el acceso es un ejemplo de voz pasiva, mientras que Se prohibe el acceso es un ejemplo de modo impersonal. Aunque ambas se parecen, su estructura y uso son diferentes.

También es común usar el modo impersonal cuando no es necesario, lo que puede hacer que el mensaje suene menos claro. En contextos informales o conversacionales, es mejor usar la voz activa para mayor naturalidad y claridad.

El papel de la voz pasiva y el modo impersonal en la traducción

En la traducción, tanto la voz pasiva como el modo impersonal juegan un papel importante para adaptar el mensaje al lenguaje de destino. En algunos idiomas, como el inglés, la voz pasiva se usa con mayor frecuencia que en el español. Por ejemplo, The book was written by the author es una forma común de expresar algo que en español se diría como El libro fue escrito por el autor.

Por otro lado, el modo impersonal no tiene un equivalente directo en todos los idiomas. En el francés, por ejemplo, se usa con frecuencia el verbo on para expresar acciones generales, como en On parle français en France, que se traduce como Se habla francés en Francia.

En la traducción, es fundamental identificar estos recursos gramaticales para preservar el tono, la intención y la claridad del mensaje original. A veces, se requiere cambiar la estructura de la oración para que suene natural en el idioma de destino.